Andorra cuenta con una gran diversidad de flora que incluye más de 1.100 especies de plantas en diferentes ecosistemas. Entre toda esta riqueza natural, hay una especie de flor que destaca por su belleza y adaptabilidad al clima local: la grandalla.
Esta flor es un símbolo nacional del país debido a su gran presencia en el territorio andorrano y a un encanto que la ha convertido en un producto codiciado para la industria de la perfumería.
Podremos encontrarla en campos, bosques y otros espacios verdes. De hecho, se puede ver fácilmente por los jardines y parques parroquiales.
La grandalla aparece durante la primavera y está compuesta por seis pétalos blancos y una corona amarilla en el centro que cautivan por una estética sutil, además de un aroma delicado y persistente.
En la antigüedad, la flor era muy apreciada en el ámbito cultural, ya que estaba muy ligada al mundo de la poesía y la mitología griega, de ahí su denominación latina: Narcissus poeticus.
