Andorra es un país de contrastes donde arquitectura y naturaleza conviven en armonía constante, transformando el paisaje de un modo único.
Construcciones modernas y vanguardistas como el puente de París y el puente de Madrid han aportado facilidades en la circulación, estableciendo conexiones y superando desafíos geográficos como el extenso recorrido del río Valira que atraviesa Andorra la Vella.
Si bien se trata de dos proyectos diferentes, ubicados en puntos opuestos de la capital, ambos presentan numerosas similitudes en el diseño como las plataformas irregulares, los anclajes en esferas, o la estructura mixta (hormigón y acero).
Otra de las características en común entre ambas obras es la adaptación al terreno, lo que ha requerido una serie de medidas a tomar para minimizar el impacto sobre el río Valira, evitando así la alteración de su cauce. Debido a ello se ha optado por un sistema de tirantes anclados en altura que ha permitido integrar las edificaciones a cada entorno de un modo más orgánico y eficiente.
En el caso del puente de París, se trata de una construcción ubicada en pleno centro de Andorra la Vella (42.50938231435847, 1.5312794567362926) y une las Avenidas Consejo de Europa y Mitjavila. Está formada por un arco superior y dos trazados, uno recto de 45 metros de longitud y otro semicircular con 27 metros. Posee un sistema de anclaje mediante barras metálicas de 36 mm y 50 mm contenidas en dos esferas de 2,2 metros de diámetro conectadas entre sí. Los ingenieros Leonardo Fernández Troyano y Guillermo Ayuso Calle (Estudio Carlos Fernández Casado S.L.) son los autores de la obra que ha sido acabada en el año 2005 e inaugurada el 27 de enero de 2006.
De acuerdo con especificaciones técnicas, el uso de barras en lugar de cables para sujetar el puente ha sido una solución para reducir al máximo el tamaño de los anclajes.
El Puente de Madrid está ubicado sobre la CG1 (42.48836271596191, 1.4957336484412835) en dirección hacia la frontera con España y ha sido una parte clave para dinamizar el acceso a la capital desde el sur del principado. A diferencia de su hermano, el puente de París, esta construcción posee una estructura superior formada por una única esfera de 4 metros de diámetro que sirve de anclaje para los tirantes que soportan la base del puente y que están sujetados a una pieza de hormigón colocada sobre la roca en una ladera lateral. En este caso, los tirantes que contienen el viaducto están formados por barras de 75 mm diámetro ancladas al interior de la esfera. La autoría y dirección de la obra han estado a cargo del estudio Carlos Fernández Casado S.L. de Madrid, en conjunto con el SUPORT Enginyers S.A. de Andorra la Vella. La obra fue acabada hacia finales del 2006 e inaugurada a comienzos del 2008.
La estética geométrica con formas triangulares de ambas obras responde a una necesidad de integración con el terreno optimización y eficiencia en la circulación que, juntamente con el impacto visual que transmiten cada una en sus respectivas ubicaciones, aportan un aire moderno y vanguardista a la ciudad.
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