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El Camí de les Pardines, Un paseo perfecto para visitar con familia y mascotas


Puente sobre el río La Molina en El Camí de les Pardines de Andorra

Andorra es tierra de montañas y caminos, escenario de grandes retos deportivos y competencias internacionales de primer nivel, pero a la vez un destino rodeado de naturaleza perfecto para visitar en familia y sobre todo con mascotas.

Si bien el territorio andorrano abarca una superficie menos extensa en comparación a sus vecinos, es muy habitual preguntarse que rincones podemos visitar mientras disfrutamos de vacaciones en familia, sobre todo si estamos acompañados de niños pequeños o personas mayores.


Es por ello que El Camí de les Pardines resulta una de las opciones más adecuadas para este tipo de paseos debido a la mínima dificultad de su recorrido, el entorno natural que lo rodea, y la facilidad de acceso para llegar hasta él.




El Camino de les Pardines es un itinerario de unos 3,46 km con una duración aproximada de 1,5 hs en cada tramo (ida y vuelta), aunque depende exclusivamente del ritmo e intensidad que apliquemos.

 

Conecta las parroquias de Encamp y Escaldes-Engordany a través de un recorrido plano que permite desplazamientos con coches de bebés, bicicletas o simplemente a pie tanto para humanos como para acompañantes de cuatro patas. Puede realizarse partiendo del Lago de Engolasters o comenzando desde el cruce de la carretera general dels Cortals d'Encamp y la carretera de les Pardines.


Si escogemos comenzar el paseo desde Encamp, encontraremos una amplia área de parking de zona azul (de pago) (42.530818041269, 1.6004554406443168) donde podremos dejar nuestro vehículo y donde también hay plazas especiales para auto caravanas o furgonetas. Atravesando la valla metálica, al final del aparcamiento encontraremos un sendero ancho con muro de montaña de un lado y el precipicio perfectamente señalizado en el otro, cuyas vistas impactantes sobre el valle nos acompañarán en casi todo el trayecto.



Nada más comenzar nuestra ruta podremos apreciar la vegetación que nos rodea y aporta sombra en muchos tramos, además de un aire puro y refrescante, algo que se agradece si visitas este rincón en época estival. Durante el primer tramo nos encontraremos con un punto panorámico que permite observar Encamp, una pequeña parte del pueblo de Canillo y el increíble Santuario de Meritxell desde las alturas, seguido a tan solo unos metros de un pequeño túnel con carteles informativos sobre las especies vegetales que podremos descubrir más adelante y algunos datos sobre el itinerario.



Continuando un poco más, llegaremos a una cascada producida por el Río La Molina y atravesada por un puente ideal para tomar fotografías donde además es posible refrescarse un momento.


A medida que vamos avanzando nos reciben curvas amplias y repletas de verde (durante la primavera y verano), con ejemplares de vegetación autóctona que forman un jardín botánico, así como diversos puntos de descanso con mesas y bebederos perfectos para disfrutar de un pícnic, recuperar energías y continuar hacia nuestro destino: el Lago de Engolasters.


Otro punto de interés durante el recorrido es la reproducción a escala real de una carbonera, un tipo de construcción presente en los pirineos desde el siglo XVII al XIX. La función de estas estructuras era transformar la madera en carbón vegetal mediante un proceso de combustión lenta, lo que permitía a los carboneros trasladar este carbón a las fábricas de hierro (“Fargas”).



Solo faltan unos metros para llegar al final de nuestra caminata y las ganas de ver el paisaje que rodea al emblemático lago van aumentando cada vez más, hasta que por fin nos encontramos con la valla y varios carteles que marcan la meta. Una vez allí, nuestra visual cambia, se abre por completo y tan solo por un instante nuestros ojos intentan retratar la belleza que inunda el lugar. Después de recobrar el aire, solo nos queda escoger el rincón que más nos apetezca para jugar con nuestros acompañantes peludos, o porque no, para disfrutar de una merecida siesta al aire libre.



Así que ya lo sabes, si visitas Andorra y quieres planificar un día al aire libre en familia, sin preocuparte por las dificultades del terreno o el presupuesto, y El Camí de les Pardines será una de las mejores elecciones durante todo el año, sobre todo de abril a noviembre.









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